Una vuelta por URBRANDS.

“Una marca es lo que los demás dicen de ti cuando ya no estás delante”
Jeff Bezos
         “¿Por qué deberíamos el resto de la humanidad perder el tiempo fijándonos en ti?” Ya tendríamos trabajo suficiente con la pregunta del autor, porque supongo que nada obliga más que una pregunta, y poco exige tanto como una pregunta poderosa. Aquí la tenemos, entre inhóspita y provocadora, horadando el muro de nuestro tramposo miedo y nuestra vigorosa inseguridad.
         Hay ocurrencia, una analogía razonable y –algo fundamental- muy visual; hay, además, un formato creativo –no esperaba menos-, y un buen cierre de capítulos que interpela y zarandea a ese lector que rastrea claves y huye de las preguntas. Mejor así… Pero hay, sobre todo, riqueza expresiva, una construcción de mensajes con la precisión de quien construye relojes, y con el gusto estilístico de quien coquetea a escondidas con poetas ya olvidados o gusta de perderse entre los más dulces arrabales literarios. 
        Pero tropezamos, al fin y al cabo, y quizá por inexpreso deseo, con la agudeza del visionario valiente y encendido que trata de ordenar y reordenar habitaciones, casas, barrios y hasta ciudades por encargo, y todo ello con la pasión y la exquisita nobleza del principiante soberbio. Mejor y peor así, sin respuestas. Muchas preguntas y –algo que todo buen lector siempre agradece- bastante de experiencia en renglones vibrantes que se mantienen en pie entre la pared de la propia vida y la de las lecciones e intuiciones que su propio poso deja. Todo no cabe, pero gusta lo que el vaso contiene“Si tú no gestionas tu propia marca alguien lo hará por ti”.
         Sea como fuere, solo por un párrafo y uno de sus vigorosos capítulos ya se justifica la lectura del libro. Y así fue como, decidido a terminarlo –como suelo terminar cada libro, aunque no acabe de gustarme-, a punto de dar la mejor enseñanza por leída, llegué hasta Ibiza, allí donde conecté con la importancia y la trascendencia del alumbrado público de las ciudades; de la luces, de las sombras; al fin y al cabo, de todos los espacios que son, que siempre son más de los que enseñamos. Ibiza como paradigma de la visibilidad y la transparencia, porque –según Mejide- “la trasparencia ya no es una cuestión de buena voluntad, ahora ya es una cuestión de obligación, o de prevención sensata”.
         Cualquier ciudad enseña algo que necesitas, cualquiera; acudas como curioso turista, impaciente persona de negocios o como alguien que termina quedándose a vivir, tal y como insiste el autor. Después de todo, de algo estoy seguro hoy, que mi padre es quien más me ha enseñado sobre Personal Branding, y no porque sea mi padre, ni tenga idea alguna de cuanto encierra este manoseado anglicismo –no la tiene-, sino porque ha sido una URBRANDS que creció, segmentó, proyectó…, una URBRANDS donde ha habido y hay quienes fueron turistas, personas de negocios o quienes incluso decidieron instalar allí hogar.
         Dejo que cada lector –como yo- pasee por las calles de esta ciudad que quiso convertirse en libro y acogerte por unas horas. A mí me han resultado útiles y hasta divertidas por momentos…
          En el momento en el que tienes lenguaje, tienes cultura. Y cuando tienes cultura, tienes identidad. Tener tu propia voz, tu propio tono, tu propio idioma, tu propio estilo, tu manera de decir las cosas y de cantarle al mundo, te diferenciará, te hará único, te volverá distinto y por tanto reseñable, destacable, y digno de alguna mención, que es mucho más de lo que podrán decir la inmensa mayoría de tus competidores”

         Sí, supongo que por aquello de ser corredor de fondo, filólogo y coach, este párrafo -al menos para mí- bien vale haber abierto el libro.

"Big Hero 6" y 6 cuestiones educativas.

"El verdadero progreso es el que pone la tecnología al alcance de todos"
Henry Ford 
      Navidad, cine y niños siempre ha resultado una buena fusión; hoy también lo ha sido, sólo que la película, Big Hero 6, ha reunido los suficientes ingredientes como para merecer un comentario a vuela pluma y algo desmetodologizado
   Tecnología, robótica, educación, emociones, amistad, equipo… Desde cualquiera de estas atalayas del desarrollo –y seguro que algunas otras- bien pueden construirse reflexiones que agiten aquella parte de nosotros que aún considera que los cambios vienen para quedarse. Nada o poco se queda salvo lo que nuestro corazón almacena y como eco casi intangible trae cuando lo decide.
         De este modo, sin pretensión ni ánimo alguno de sentenciar, sí observo que la película aborda, desde el nuevo escenario educativo, 6 cuestiones fundamentales desde las que se está construyendo una realidad educativa en plena e inaplazable transformación. Lo queramos ver o no; nos queramos sumar o no, el cambio no viene, sino que el cambio es realidad y paradigma. Vayamos entonces a las 6 cuestiones que Big Hero 6 plantea:
1.   Entorno de aprendizaje. (Crisis de la referencialidad) Las referencias para la persona han aumentado. El papel de la familia y la escuela sigue siendo decisivo, pero el entorno de aprendizaje, cada vez a más temprana edad, se está decidiendo en otros escenarios. Las Redes Sociales permiten a los alumnos construir ese nuevo y más atractivo entorno. La familia, la escuela o la misma universidad tienen dos opciones, estar o no estar en ese escenario de relación, interacción y proyección donde se están tejiendo los canales de aprendizaje.
2.   Motivación. Es la necesidad de llegar a la otra orilla la que exige la construcción de un puente. Hasta que no avistas te hacen avistar la otra orilla no tienes la necesidad de ver el salto. Sí, quien tiene un motivo tiene una palanca. Puede que se trate de mostrar, inspirar, sugerir otras orillas que permitan soñar y promuevan esa hermosa necesidad de conectar.
3.   Tecnología. La revolución tecnológica abre una nueva era, con todo lo que esto implica en cada uno de los campos, también –y sobre todo- el educativo. Y es que la tecnología robótica y su capacidad aplicativa para atender y dar respuesta a las nuevas necesidades del ser humano acaparará buena parte del desarrollo. Tampoco la escuela puede dar la espalda al protagonismo que la tecnología y las ciencias aplicadas están desarrollando.
4.   Neurociencia. El mayor conocimiento del cerebro humano está transformando el desarrollo de todas las disciplinas, incluida –cómo no- la educación y el aprendizaje. La plasticidad de su naturaleza, así como la posibilidad de influir en la conexión de los neurotransmisores está reorientando perspectivas y actuaciones pedagógicas y metodológicas.
5.   Equipo. Resulta paradójico apuntar que quizá sea el trabajo en equipo la verdadera garantía del desarrollo de la personalidad, y, en consecuencia, la afirmación de dos aspectos clave en la persona: por un lado la autonomía y, por otro, la interdependencia de la individualidad. La apuesta por un trabajo colaborativo de calidad contribuye decididamente a esto.
6.   Emociones. Todas estas claves serían imposible de cohesionar sin una estructura equilibrada de la persona, que crece consciente de sus limitaciones, pero no bajo el peso de unos límites casi siempre inexactos. Asumir la realidad vulnerable de la persona proporciona nuestra mejor fortaleza posible.

   Perfumado por un simpático universo tecnológico, los personajes de Big Hero 6 realizan un sugerente recorrido por los 6 elementos de la taxonomía de Bloom, donde la creatividad es el olimpo de la mitología educativa. Pero también en Big Hero 6 tenemos la oportunidad de replantearnos nuevamente nuestro hacer educativo, aquel que pretende provocar que la materia prima más sensible conocida se convierta en la más fuerte de las materias. Ambicioso propósito que no debe olvidar ni arrinconar su verdadero motivo por encima de todo escenario, contexto o era: la felicidad y la realización de la persona.

El abrazo de la adversidad.

“Lo que haces es lo que eliges tú; Lo que eres es lo que te elige a ti”
Risto Mejide

La adversidad, como buena moneda de dos caras que revela estados o emociones, bien puede convertirse en imperfecta aliada de nuestros mejores y más altos propósitos; solo basta considerarla información, dato que orienta nuestros pasos y redirige el camino sin alterar nuestro destino. Lo mejor de la adversidad, cuando decidimos que caiga de cara, es que prueba nuestra fortaleza, desvela el tamaño de nuestro equipo y, sobre todo, mide la consistencia de nuestros motivos.
Agarrados a esta perspectiva, podemos pensar que nadie tiene un enemigo con un grado de complicidad tan elevado como la adversidad. Quienes la encaran dicen que concede su gracia justo en el instante en el que te sientes caer, a punto de desvanecerte en sus macilentos brazos, pero justo en ese instante y no antes. Quién pudiera medirlo…
Ante la complejidad de medir variables e inconstantes como tiempos, espacios o intensidad de la adversidad, al menos sí nos cabe dibujar su rostro y trazar algunas claves para sostenernos e incluso avanzar en esos momentos en los que la adversidad decide blandir ante ti su afilada espada:
1.   No siempre avisa, ni tú decides cuando llega. No lamentes por tanto tu mala suerte. Toda persona o equipo atraviesa momentos complejos, siente el viento en contra y, sin embargo, decide no emplear en la queja más tiempo del necesario. Lo que está, está por algo y, sobre todo, para algo.
2.   No altera tu destino. Quizá modifica el camino, pero la adversidad no tapa todas las salidas, por lo que puede contribuir a hacerte una persona más observadora, audaz y resolutiva.
3.   No posee todas las fuerzas. Replantea tan solo tu estrategia, quizá sea buena idea no enfrentarte a la adversidad con sus mismas armas, pues allí es mejor y está más entrenada. Piensa en David y Goliat y en la inteligencia y la flexibilidad para afrontar los problemas. Estudia alternativas.
4.   Elige y eleva a los mejores. Cada obstáculo tiene su saltador, como cada horizonte su caminante o cada sueño su soñador. No decidas ver el límite donde quizá solo haya un obstáculo. Convierte la adversidad en tu banco de entrenamiento, en el entrenador de tu resistencia.
5.   Provoca un valioso aprendizaje y dispensa una enseñanza vital. La adversidad guarda para quienes la encaran su mejor lección, su máxima condecoración, aquella que será útil ya para todo camino y toda meta que pueda se pueda unir a la que ahora afrontas.
Después de todo, y a pesar de su punzante amenaza -o precisamente por ella-, la cuestión de fondo no llega a ser la adversidad, sino quién eres tú ante ella, ante su presencia arrogante y altiva; quién decides ser en su enigmática y controvertida generosidad. Al fin y al cabo, también serás después de ella, serás más y mejor que antes de encontrártela.

Decidir el cambio para que el cambio no termine decidiendo por ti.

“En un mundo superior puede ser de otra manera, pero aquí abajo, vivir es cambiar y ser perfecto es haber cambiado muchas veces”.
John H. Newman.
         Puede que terminemos por aceptar que el ser humano acaba adaptándose y acostumbrándose a todo. Puede que, en esa omnívora costumbre que hemos hecho ya tan nuestra de tragarnos todo, se haya volatilizado parte del juicio crítico que nos permite evolucionar en lugar de involucionar. Y puede que, a pesar de todo, y como casi siempre, estemos aún a tiempo de recalibrar aquello que nos construye en este incesante caminar.
Después de todo, vamos descubriendo que, decididos o impuestos, previsibles o inesperados, transitar caminos es nuestro sino. Con diferente cadencia y desigual ritmo, somos ese discontinuo ir y venir; ese llegar y luego irte, para terminar regresando algún día de tantos… Somos cambio y estamos hechos de cambio. Y todo para ir dejando algo de lo que somos en cada uno de nuestros pasos. Hacer no es otra cosa que SER en un tiempo y un espacio concreto, y no hay tiempo ni espacio que se escape a esa puntual cita que tenemos con cada instante.
Cómo SER entonces en la espiral del cambio y transitar esa selva a veces tan temida. Aquí dispones de 8 claves para decidir el cambio sin que el cambio termine decidiendo por ti.
1.   Llega sin hacer ruido. A los equipos y sus espacios no se llega ni pronto ni tarde, sino derecho o torcido.
2.   Desarrolla la escucha activa. Quien pierde el tiempo en escuchar lo gana en analizar.
3.   Muéstrate transparente. Desde el primer momento… ¡sé TÚ! La credibilidad es el valor que sustenta el liderazgo, y se alimenta de la trasparencia. Eres toda tu fortaleza, pero también toda tu fragilidad, y eso te hace hermosamente humano.
4.   Sé parte del todo. La integración no es más que ocupar el espacio que se te ofrece, ni más, ni tampoco menos. Qué complicado resulta a veces este equilibrio.
5.   Participa y comprométete. No se trata de estar, sino de ser. El activismo vacío nos automatiza y nos convierte en máquinas, mientras que el conformismo nos acomodarnos y paraliza. ¿Quién quieres ser…? Construye un equipo consistente y genera una estructura flexible.
6.   Muéstrate comprensivo. La empatía no es estar de acuerdo con todo, pero sí comprender las decisiones o situaciones de otros. En cualquier caso, los vientos no soplan siempre a favor, y un cambio de rumbo no tiene por qué suponer un destino distinto.
7.   Eleva la mirada. Invita a que la eleven contigo, Quien tiene un propósito tiene un motivo. Los seres humanos nos movemos y (con)movemos desde ellos.
8.   Vete sin hacer ruido. Si te vas o te invitan a hacerlo, valora que saber irse es más difícil que saber llegar. En las transiciones profesionales o laborales, en la gestión de los cambios importa mucho el por qué, pero dice más el cómo.

Dejar huella es, por tanto, ser de tal manera que queda una parte de ti en ese tiempo y espacio que se fue. Así, hay quienes creen que dejar huella es pisar fuerte, cuando lo único que deja es herida. Por el contrario, hay quienes creen que dejar huella no es pisar fuerte, sino llegar adentro, muy adentro, tan adentro de las personas que conectas con ese espacio interior en el que se gestan las razones y se forjan los motivos, allí desde donde se moviliza nuestro espíritu. Debe ser por eso, entre otras razones, por lo que existen personas que se van sin irse del todo.

La fortaleza como factor mental y emocional.

“La fuerza que yo busco no es aquella que te lleva a perder o ganar. Lo que yo deseo es una fuerza que me permita ser capaz de recibir todo cuanto proceda del exterior y resistirlo”
Haruki Murakami
         El paso de las jornadas reflejan quiénes hemos sido hasta ahora, cómo hemos entrenado o en qué tipo de equipo nos estamos convirtiendo. Lo cierto es que la temporada de entrenamientos y competición no deja de ser una fotografía dinámica, en la que los colores van cambiando, los contornos se van transformando y –lo más importante- sus personajes van reflejando la huella que la temporada va dejando en ellos. Nadie escapa al impacto que la temporada va ejerciendo en deportistas y equipos, de ahí que sea la FORTALEZA un factor decisivo en el transcurso del año.

OBJETIVO: Profundizar en la FORTALEZA desde su dimensión mental y emocional como factor de equilibrio, resistencia e impulso.

DESCRIPCIÓN…
A menudo se asocia la FORTALEZA a algo parecido a un escudo humano que repele todo lo que amenaza con desestabilizarnos; también con el arma que dispara con precisión y contundencia sobre los objetivos marcados. Y puede que sea algo así, pero, en todo caso, no podemos reducirlo a ese significado o atribuirle esas únicas funciones.
El factor de la FORTALEZA hace un recorrido que comienza desde la percepción y análisis de nuestras debilidades, de la toma de conciencia de nuestro ser vulnerable y frágil, hasta el modo en el que podemos construir esa fortaleza, tanto personal como de equipo. Descubrir y conocer nuestras debilidades nos ayuda a alcanzar una fortaleza más auténtica.
Ciertamente, la fortaleza es mucho más que un escudo protector o un arma de precisión milimétrica. Así, ser fuerte no consiste en construir un férreo escudo, sino en habilitar unos canales por los que integrar convertir toda la energía que recibimos. Ser fuerte es convertirte en un generador de energía que tiene la habilidad de aprovecharla y transformarla. En esa capacidad para aceptar la energía entrante y regenerarla para tu beneficio y el de tu equipo consiste la fortaleza mental y emocional.

HABILIDADES necesarias que debe fomentar el entrenador...
Para que la FORTALEZA mental y emocional llegue a convertirse en un valor activo y productivo (=FACTOR) en el deportista y el EQUIPO, requiere de:
·         Reflexión. Pocas habilidades tan educativas y formativas en el deporte como la capacidad de contemplación y reflexión. El deportista que deja espacio al análisis siempre tendrá abierto su margen de mejora. También es un hábito que puedes proporcionarle tú. ¡Qué participen de las posibles soluciones!
·         Provocación. Incita a mirar adentro para que encuentren el beneficio de sentirse frágiles; la conciencia de la propia vulnerabilidad es el principio primordial de la fortaleza mental y emocional. Provoca y consigue. ¡Contribuye a que se miren cara a cara, con naturalidad, sus debilidades! Empezarán, sin notarlo, a ser más fuertes en lo personal y lo colectivo.
·         Activación. Elabora una lista de todas las debilidades sin miedo alguno; genera esa conciencia personal y colectiva. Las llamamos por su nombre y tratamos de compartir las emociones que nos produce mirarlas a la cara. Hemos llegado al umbral mínimo necesario.
·         Redirección. Les hacemos ver que, en la mayor parte de las ocasiones, todo forma parte de una falsa creencia que hemos ido alimentando con el tiempo y la autocensura. Invítales a recuperar cuándo se sintieron fuertes en ese aspecto. Alguna vez lo fueron y lo consiguieron.

COMPETENCIAS o CAPACIDADES que el deportista consigue…
La FORTALEZA fomenta en la persona una serie de competencias o capacidades que no solo le serán muy útiles en su práctica deportiva, sino que se transferirán y extenderán al conjunto de su vida, cualesquiera que sean sus circunstancias. Alguna de las competencias que genera la FORTALEZA son:
·         Humildad. La verdadera fortaleza no se traduce luego en la superioridad, sino en la colaboración, porque se ha construido desde la conciencia de la fragilidad y la debilidad personal.
·         Confianza. No repara en los posibles errores ni se atranca en bloqueos absurdos. El error forma parte del deporte y la vida. Se está convencido de hacerlo lo mejor posible siempre.
·         Superación. No importa tropezar, caer, perder, “fracasar”… Solo son expresiones inexactas y paralizantes de la competición. Como entrenador traduce todo ese lenguaje oscuro dentro del proceso y abórdalo como oportunidad, no como resultado final.
·         Resistencia. La FORTALEZA te enseña que no siempre es mejor llegar pronto, sino en el momento preciso; que no siempre es mejor llegar antes, sino juntos; que , como equipo, nunca es mejor llegar solo, sino juntos.


Experimenta ahora tú, entrenador, los beneficios MENTALES y EMOCIONALES que aporta trabajar de manera específica y/o integrada el FACTOR de la FORTALEZA. No olvides que un equipo es un sistema, un organismo vivo que merma o crece con cada movimiento que realiza. Puede que la fortaleza mental y emocional no arranque los aplausos de una grada o tenga una clasificación como la de máximos goleadores, pero recuerda que hay factores imperceptibles que juegan. Entrena tu mente; entrena tu corazón. ¡Genera esa FUERZA en ti y tu equipo! 

"El 7". Aquel que ha elevado a talento el instinto.

“Lo que más marcó en el club fue su carácter.
Tenía inteligencia interior”
Jorge Valdano
         Todo comenzó con una decisión del entrenador, Jorge Valdano. Quién sabe qué pesó más en ese momento, si la confianza en un chaval algo desgarbado que pedía paso a golpe de un acierto y una confianza casi insolentes, o más bien el mensaje hacia un grupo en el que asomaba el fantasma de la apatía. El caso es que un 29 de octubre, en La Romareda, pisó el césped zaragozano aquel niño que parecía estar a punto de romperse entre zancadas asimétricas y movimientos impulsivos.
         Y una semana después sucedió lo inevitable; aquello que había sido presagio y que -como quien esperase una cita mayor- ya nada ni nadie pudo reprimir. Era una noche algo fresca, pero en la que el otoño aún permitía la manga corta en el Bernabeu. Corría el minuto 36 de un partido disputado entre merengues y colchoneros. Laudrup avanza desde la medular del centro del campo, dejándose caer ligeramente hacia la banda izquierda con el balón pegado al pie. Zamorano marca el movimiento de desmarque que arrastra y desorienta a la defensa atlética. Y entonces, llegando desde la derecha y buscando el área como quien intuye la presa cercana, aparece un depredador con los colmillos afilados y una carrera enfurecida, con un hambre tan voraz que toda resistencia pareció inexistente. Tras una mágica asistencia con el exterior de su compañero, aquel animal futbolístico puso el balón allí donde habita lo inaccesible para el cancerbero, como quien apunta y da con el lugar donde los depredadores ponen el colmillo para asestar su mortífero y definitivo mordisco…
        Así entró Raúl en la sabana de este caprichoso y bendito deporte. Él no estará en la lista de los mejores cinco futbolistas del mundo, porque en esos parámetros, además, los hay mejores. Pero tampoco parece necesitarlo Raúl para sentirse futbolista y ser feliz siéndolo; ni mucho menos para haber transmitido a tantos jóvenes que ahora se están formando o quieren ser futbolistas una de las mejores lecciones posibles: hay que amar mucho lo que haces para poder llegar lejos; hay que sentir tanta pasión por lo que haces que solo tienes oídos para escuchar el ruido del trabajo que día a día te lleva a esa estación que te acerca cada vez más a tu destino.

         Instinto, sobre todo instinto, pero también otros factores, tales como la voluntad, la disciplina, la pasión, la calidad, o el talento. Veinte años después de su estreno, en “el 7” descubrimos al futbolista que, con su trabajo infatigable, ha elevado a talento el instinto; descubrimos al futbolista que incluso estuvo por encima de su cuerpo. Y es que cuando la inteligencia logra canalizar el instinto surge y se desata el genio. Y sí, quizá Raúl no tenía nada especial, no había un aspecto por el que pudiéramos reconocer su talento; era su inconfundible todo, esa manera tan terca y audaz de reunir lo más valioso de sí lo que ha conseguido hacer como pocos.

La motivación como factor mental y emocional.

“Te convertirás en alguien tan pequeño como el deseo que te controle; y en alguien tan grande como sea tu aspiración dominante”
James Allen
         La competición ya echó a andar hace semanas y tanto tú como el equipo habéis recorrido el camino suficiente como para revisar la calidad y la consistencia de vuestros pasos. El hecho de haber afrontado las primeras jornadas te concede la oportunidad inmejorable de calibrar tus motivos; de valorar si tus objetivos son proporcionados, o si tus valores se están mostrando en cada entrenamiento y cada partido de competición.

OBJETIVO: Descubrir la MOTIVACIÓN natural de tu EQUIPO para vincularla a los objetivos marcados.

FACTOR: MOTIVACIÓN.

DESCRIPCIÓN…
La MOTIVACIÓN es el motor de la persona. Se trata de todo aquello que es combustible para la acción; se trata de las razones que tejen nuestro impulso y hacen que se extiendan a lo largo del tiempo. Sin razones no hay arranque, y sin motivos no hay camino que te conduzca a la meta exigente. La energía del ser humano se encuentra provista de motivación
Identifica tu motivación, una es extrínseca y proviene de factores externos que no dependen de ti; otra es intrínseca y se encuentra dentro de ti, en ese espacio en el que hayas alojado todos tus motivos y cada una de tus razones. Toda motivación suma, pero debemos ser conscientes de que no todas son combustible de la misma calidad.
Así. la elección del canal de nuestra motivación es tarea fundamental, tanto como construir un recia interioridad en los deportistas, un espíritu desde el que proyectar la acción y también donde dirigir los imputs competitivos.

HABILIDADES necesarias que debe fomentar el entrenador...
Para que la MOTIVACIÓN llegue a convertirse en un valor activo y productivo (=FACTOR) en el deportista y el EQUIPO, requiere de:
·         Reflexión. Pocas habilidades tan educativas y formativas en el deporte como la capacidad de contemplación y reflexión. El deportista que deja espacio al análisis siempre tendrá abierto su margen de mejora. También es un hábito que puedes proporcionarle tú. ¡Haz que tu grupo participe de las posibles soluciones!
·         Provocación. Incita a mirar adentro para que busquen razones y motivos por los que entrenar y competir; y también para los que destinar el mejor esfuerzo. Provoca y consigue. ¡Estimula para que encuentren y construyan motivos!
·         Activación. Tienes en tu mano la posibilidad de reunir todos los motivos de tu equipo cada vez que lo veas necesario, incluso recordar alguno de ellos en determinados entrenamientos o partidos para provocar la energía y la acción más limpia, intensa y concentrada.
·         Redirección. Los resultados son la expresión necesaria de toda competición, medición con frecuencia inexacta de tu esfuerzo y el de todo el equipo. Ante el trato desfavorable de los tanteos acude de vez en cuando a sus motivos más esenciales para sostener el rendimiento y evitar su caprichosa curva emocional.

COMPETENCIAS o CAPACIDADES que el deportista consigue…
La MOTIVACIÓN fomenta en la persona una serie de competencias o capacidades que no solo le serán muy útiles en su práctica deportiva, sino que se transferirán y extenderán al conjunto de su vida, cualesquiera que sean sus circunstancias. Alguna de las competencias que genera la MOTIVACIÓN son:
·         Convicción. La motivación es fuerza motriz. Cuando la persona la descubre o la construye, sus pasos no son forzados, y todo movimiento comienza desde donde debe hacerlo para que dure, desde dentro de la persona.
·         Implicación. Si los motivos se encuentran vinculados a los valores personales del deportista, lo tienes todo de él o ella. Su mejor versión se encuentra tan cerca o tan lejos como la alineación entre sus valores y los motivos que lo movilizan. Si te paraste a conocerlos y compartirlos, tendrás al deportista en la mejor rampa de lanzamiento posible.
·         Superación. No hay tantos límites; casi todo lo que afrontamos y gestionamos son obstáculos. La superación será valor y capacidad de tus deportistas si sus motivos son realmente inspiradores. Ayuda a que lo sean. ¡Siempre más!
·         Resistencia. Dime tus motivos y te diré tus metas. No hay desierto infranqueable, sino motivos inconsistentes. La motivación genera resistencia, durabilidad, capacidad de sufrimiento.

Experimenta ahora tú, entrenador, los beneficios MENTALES y EMOCIONALES que aporta trabajar de manera específica y/o integrada el FACTOR de la MOTIVACIÓN. No olvides que un equipo es un sistema, un organismo vivo que merma o crece con cada movimiento que realiza. Puede que la motivación no efectúe regates sorprendentes o asista a un compañero desmarcado, pero recuerda que hay factores imperceptibles que juegan. Entrena tu mente; entrena tu corazón. ¡MOTIVA!