Una vuelta por URBRANDS.

“Una marca es lo que los demás dicen de ti cuando ya no estás delante”
Jeff Bezos
         “¿Por qué deberíamos el resto de la humanidad perder el tiempo fijándonos en ti?” Ya tendríamos trabajo suficiente con la pregunta del autor, porque supongo que nada obliga más que una pregunta, y poco exige tanto como una pregunta poderosa. Aquí la tenemos, entre inhóspita y provocadora, horadando el muro de nuestro tramposo miedo y nuestra vigorosa inseguridad.
         Hay ocurrencia, una analogía razonable y –algo fundamental- muy visual; hay, además, un formato creativo –no esperaba menos-, y un buen cierre de capítulos que interpela y zarandea a ese lector que rastrea claves y huye de las preguntas. Mejor así… Pero hay, sobre todo, riqueza expresiva, una construcción de mensajes con la precisión de quien construye relojes, y con el gusto estilístico de quien coquetea a escondidas con poetas ya olvidados o gusta de perderse entre los más dulces arrabales literarios. 
        Pero tropezamos, al fin y al cabo, y quizá por inexpreso deseo, con la agudeza del visionario valiente y encendido que trata de ordenar y reordenar habitaciones, casas, barrios y hasta ciudades por encargo, y todo ello con la pasión y la exquisita nobleza del principiante soberbio. Mejor y peor así, sin respuestas. Muchas preguntas y –algo que todo buen lector siempre agradece- bastante de experiencia en renglones vibrantes que se mantienen en pie entre la pared de la propia vida y la de las lecciones e intuiciones que su propio poso deja. Todo no cabe, pero gusta lo que el vaso contiene“Si tú no gestionas tu propia marca alguien lo hará por ti”.
         Sea como fuere, solo por un párrafo y uno de sus vigorosos capítulos ya se justifica la lectura del libro. Y así fue como, decidido a terminarlo –como suelo terminar cada libro, aunque no acabe de gustarme-, a punto de dar la mejor enseñanza por leída, llegué hasta Ibiza, allí donde conecté con la importancia y la trascendencia del alumbrado público de las ciudades; de la luces, de las sombras; al fin y al cabo, de todos los espacios que son, que siempre son más de los que enseñamos. Ibiza como paradigma de la visibilidad y la transparencia, porque –según Mejide- “la trasparencia ya no es una cuestión de buena voluntad, ahora ya es una cuestión de obligación, o de prevención sensata”.
         Cualquier ciudad enseña algo que necesitas, cualquiera; acudas como curioso turista, impaciente persona de negocios o como alguien que termina quedándose a vivir, tal y como insiste el autor. Después de todo, de algo estoy seguro hoy, que mi padre es quien más me ha enseñado sobre Personal Branding, y no porque sea mi padre, ni tenga idea alguna de cuanto encierra este manoseado anglicismo –no la tiene-, sino porque ha sido una URBRANDS que creció, segmentó, proyectó…, una URBRANDS donde ha habido y hay quienes fueron turistas, personas de negocios o quienes incluso decidieron instalar allí hogar.
         Dejo que cada lector –como yo- pasee por las calles de esta ciudad que quiso convertirse en libro y acogerte por unas horas. A mí me han resultado útiles y hasta divertidas por momentos…
          En el momento en el que tienes lenguaje, tienes cultura. Y cuando tienes cultura, tienes identidad. Tener tu propia voz, tu propio tono, tu propio idioma, tu propio estilo, tu manera de decir las cosas y de cantarle al mundo, te diferenciará, te hará único, te volverá distinto y por tanto reseñable, destacable, y digno de alguna mención, que es mucho más de lo que podrán decir la inmensa mayoría de tus competidores”

         Sí, supongo que por aquello de ser corredor de fondo, filólogo y coach, este párrafo -al menos para mí- bien vale haber abierto el libro.

"Big Hero 6" y 6 cuestiones educativas.

"El verdadero progreso es el que pone la tecnología al alcance de todos"
Henry Ford 
      Navidad, cine y niños siempre ha resultado una buena fusión; hoy también lo ha sido, sólo que la película, Big Hero 6, ha reunido los suficientes ingredientes como para merecer un comentario a vuela pluma y algo desmetodologizado
   Tecnología, robótica, educación, emociones, amistad, equipo… Desde cualquiera de estas atalayas del desarrollo –y seguro que algunas otras- bien pueden construirse reflexiones que agiten aquella parte de nosotros que aún considera que los cambios vienen para quedarse. Nada o poco se queda salvo lo que nuestro corazón almacena y como eco casi intangible trae cuando lo decide.
         De este modo, sin pretensión ni ánimo alguno de sentenciar, sí observo que la película aborda, desde el nuevo escenario educativo, 6 cuestiones fundamentales desde las que se está construyendo una realidad educativa en plena e inaplazable transformación. Lo queramos ver o no; nos queramos sumar o no, el cambio no viene, sino que el cambio es realidad y paradigma. Vayamos entonces a las 6 cuestiones que Big Hero 6 plantea:
1.   Entorno de aprendizaje. (Crisis de la referencialidad) Las referencias para la persona han aumentado. El papel de la familia y la escuela sigue siendo decisivo, pero el entorno de aprendizaje, cada vez a más temprana edad, se está decidiendo en otros escenarios. Las Redes Sociales permiten a los alumnos construir ese nuevo y más atractivo entorno. La familia, la escuela o la misma universidad tienen dos opciones, estar o no estar en ese escenario de relación, interacción y proyección donde se están tejiendo los canales de aprendizaje.
2.   Motivación. Es la necesidad de llegar a la otra orilla la que exige la construcción de un puente. Hasta que no avistas te hacen avistar la otra orilla no tienes la necesidad de ver el salto. Sí, quien tiene un motivo tiene una palanca. Puede que se trate de mostrar, inspirar, sugerir otras orillas que permitan soñar y promuevan esa hermosa necesidad de conectar.
3.   Tecnología. La revolución tecnológica abre una nueva era, con todo lo que esto implica en cada uno de los campos, también –y sobre todo- el educativo. Y es que la tecnología robótica y su capacidad aplicativa para atender y dar respuesta a las nuevas necesidades del ser humano acaparará buena parte del desarrollo. Tampoco la escuela puede dar la espalda al protagonismo que la tecnología y las ciencias aplicadas están desarrollando.
4.   Neurociencia. El mayor conocimiento del cerebro humano está transformando el desarrollo de todas las disciplinas, incluida –cómo no- la educación y el aprendizaje. La plasticidad de su naturaleza, así como la posibilidad de influir en la conexión de los neurotransmisores está reorientando perspectivas y actuaciones pedagógicas y metodológicas.
5.   Equipo. Resulta paradójico apuntar que quizá sea el trabajo en equipo la verdadera garantía del desarrollo de la personalidad, y, en consecuencia, la afirmación de dos aspectos clave en la persona: por un lado la autonomía y, por otro, la interdependencia de la individualidad. La apuesta por un trabajo colaborativo de calidad contribuye decididamente a esto.
6.   Emociones. Todas estas claves serían imposible de cohesionar sin una estructura equilibrada de la persona, que crece consciente de sus limitaciones, pero no bajo el peso de unos límites casi siempre inexactos. Asumir la realidad vulnerable de la persona proporciona nuestra mejor fortaleza posible.

   Perfumado por un simpático universo tecnológico, los personajes de Big Hero 6 realizan un sugerente recorrido por los 6 elementos de la taxonomía de Bloom, donde la creatividad es el olimpo de la mitología educativa. Pero también en Big Hero 6 tenemos la oportunidad de replantearnos nuevamente nuestro hacer educativo, aquel que pretende provocar que la materia prima más sensible conocida se convierta en la más fuerte de las materias. Ambicioso propósito que no debe olvidar ni arrinconar su verdadero motivo por encima de todo escenario, contexto o era: la felicidad y la realización de la persona.

El abrazo de la adversidad.

“Lo que haces es lo que eliges tú; Lo que eres es lo que te elige a ti”
Risto Mejide

La adversidad, como buena moneda de dos caras que revela estados o emociones, bien puede convertirse en imperfecta aliada de nuestros mejores y más altos propósitos; solo basta considerarla información, dato que orienta nuestros pasos y redirige el camino sin alterar nuestro destino. Lo mejor de la adversidad, cuando decidimos que caiga de cara, es que prueba nuestra fortaleza, desvela el tamaño de nuestro equipo y, sobre todo, mide la consistencia de nuestros motivos.
Agarrados a esta perspectiva, podemos pensar que nadie tiene un enemigo con un grado de complicidad tan elevado como la adversidad. Quienes la encaran dicen que concede su gracia justo en el instante en el que te sientes caer, a punto de desvanecerte en sus macilentos brazos, pero justo en ese instante y no antes. Quién pudiera medirlo…
Ante la complejidad de medir variables e inconstantes como tiempos, espacios o intensidad de la adversidad, al menos sí nos cabe dibujar su rostro y trazar algunas claves para sostenernos e incluso avanzar en esos momentos en los que la adversidad decide blandir ante ti su afilada espada:
1.   No siempre avisa, ni tú decides cuando llega. No lamentes por tanto tu mala suerte. Toda persona o equipo atraviesa momentos complejos, siente el viento en contra y, sin embargo, decide no emplear en la queja más tiempo del necesario. Lo que está, está por algo y, sobre todo, para algo.
2.   No altera tu destino. Quizá modifica el camino, pero la adversidad no tapa todas las salidas, por lo que puede contribuir a hacerte una persona más observadora, audaz y resolutiva.
3.   No posee todas las fuerzas. Replantea tan solo tu estrategia, quizá sea buena idea no enfrentarte a la adversidad con sus mismas armas, pues allí es mejor y está más entrenada. Piensa en David y Goliat y en la inteligencia y la flexibilidad para afrontar los problemas. Estudia alternativas.
4.   Elige y eleva a los mejores. Cada obstáculo tiene su saltador, como cada horizonte su caminante o cada sueño su soñador. No decidas ver el límite donde quizá solo haya un obstáculo. Convierte la adversidad en tu banco de entrenamiento, en el entrenador de tu resistencia.
5.   Provoca un valioso aprendizaje y dispensa una enseñanza vital. La adversidad guarda para quienes la encaran su mejor lección, su máxima condecoración, aquella que será útil ya para todo camino y toda meta que pueda se pueda unir a la que ahora afrontas.
Después de todo, y a pesar de su punzante amenaza -o precisamente por ella-, la cuestión de fondo no llega a ser la adversidad, sino quién eres tú ante ella, ante su presencia arrogante y altiva; quién decides ser en su enigmática y controvertida generosidad. Al fin y al cabo, también serás después de ella, serás más y mejor que antes de encontrártela.