"El verdadero progreso es el que pone la tecnología al alcance de todos"
Henry Ford

Tecnología, robótica,
educación, emociones, amistad, equipo… Desde cualquiera de estas atalayas del
desarrollo –y seguro que algunas otras- bien pueden construirse reflexiones que
agiten aquella parte de nosotros que aún considera que los cambios vienen para
quedarse. Nada o poco se queda salvo lo
que nuestro corazón almacena y como eco casi intangible trae cuando lo decide.
De
este modo, sin pretensión ni ánimo alguno de sentenciar, sí observo que la
película aborda, desde el nuevo escenario educativo, 6 cuestiones fundamentales desde las que se está construyendo una
realidad educativa en plena e inaplazable transformación. Lo queramos ver o
no; nos queramos sumar o no, el cambio
no viene, sino que el cambio es realidad y paradigma. Vayamos entonces a
las 6 cuestiones que Big Hero 6 plantea:
1. Entorno de aprendizaje. (Crisis de
la referencialidad) Las referencias para la persona han aumentado. El papel de
la familia y la escuela sigue siendo decisivo, pero el entorno de aprendizaje,
cada vez a más temprana edad, se está decidiendo en otros escenarios. Las Redes
Sociales permiten a los alumnos construir ese nuevo y más atractivo entorno. La
familia, la escuela o la misma universidad tienen dos opciones, estar o no
estar en ese escenario de relación, interacción y proyección donde se están
tejiendo los canales de aprendizaje.
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3. Tecnología. La revolución tecnológica abre una
nueva era, con todo lo que esto implica en cada uno de los campos, también –y sobre
todo- el educativo. Y es que la tecnología robótica y su capacidad aplicativa
para atender y dar respuesta a las nuevas necesidades del ser humano acaparará
buena parte del desarrollo. Tampoco la escuela puede dar la espalda al
protagonismo que la tecnología y las ciencias aplicadas están desarrollando.
4. Neurociencia. El mayor conocimiento del
cerebro humano está transformando el desarrollo de todas las disciplinas,
incluida –cómo no- la educación y el aprendizaje. La plasticidad de su
naturaleza, así como la posibilidad de influir en la conexión de los neurotransmisores
está reorientando perspectivas y actuaciones pedagógicas y metodológicas.
5. Equipo. Resulta paradójico apuntar que quizá
sea el trabajo en equipo la verdadera garantía del desarrollo de la
personalidad, y, en consecuencia, la afirmación de dos aspectos clave en la
persona: por un lado la autonomía y, por otro, la interdependencia de la
individualidad. La apuesta por un trabajo colaborativo de calidad contribuye
decididamente a esto.
6. Emociones. Todas estas claves serían imposible
de cohesionar sin una estructura equilibrada de la persona, que crece
consciente de sus limitaciones, pero no bajo el peso de unos límites casi
siempre inexactos. Asumir la realidad vulnerable de la persona proporciona
nuestra mejor fortaleza posible.

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