"El deporte tiene el poder
de transformar el mundo. Tiene el poder de inspirar, de unir a la gente como
pocas otras cosas”
Nelson Mandela

Los chicos, benjamines y alevines del deporte rey de diferentes equipos de la
provincia cordobesa, lo pasaron genial en sus partidos de fútbol. El objetivo era la convivencia, el fomento del juego limpio y la promoción de los
valores éticos dentro del deporte base. Incluso vivimos escenas en las que
los equipos mezclaban sus integrantes en un tercer tiempo y los propios padres
se convertía en árbitros del encuentro.
Uno
de los espacios que albergaba la jornada “+QGOLES”
estaba destinado a una charla-taller con las familias. En ella, tuvieron la
ocasión de vivir en primera persona
parte de la presión –solo parte- que
sus hijos pueden vivir cada fin de semana en los terrenos de juego. Tuvimos
la oportunidad de valorar cuánto puede cambiar una historia personal en función
de la actitud que escogemos quienes rodeamos a los jóvenes deportistas que
compiten. Y, sobre todo, reconciliarnos
con la esencia educativa y formativa de la práctica deportiva; aquello más
profundo que hizo que un día decidiéramos que lo más valioso que tenemos a
nuestro lado practicara deporte.
Después
de todo, la competición en el deporte base no puede convertirse en un fin, sino
que supone un formidable soporte formativo para todos los chicos; plataforma
que, entre otras cosas, permite:
1. Realizar una actividad
que te apasiona y te ayuda a desarrollarte como persona.
2. Aprender que no hay un
mejor modo hacer algo que entregar tu mejor y más noble esfuerzo.
3. Experimentar el valor
del equipo y la satisfacción de sentirte parte de la magnífica suma de sus
integrantes.
4. Descubrir que no
juegas contra nadie; que el otro te permite ser mejor y superarte; y que sin él
no existiría esa posibilidad.
Siempre
queda y quedará trabajo por hacer, pero quiero felicitar a quienes han hecho
posible esta jornada, en especial a la Delegación de
Árbitros de Córdoba por recordarnos la esencia del deporte base y la
función que los adultos tenemos dentro del mismo. Enhorabuena a las familias
que se convierten en aliados y embajadores del juego limpio y los valores
éticos en la competición. Después de todo, se
puede ser competitivo –muy competitivo- y se puede tener una conducta
intachable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario