“Antes de ser líder, el
éxito solo se trata del crecimiento propio. Una vez que eres líder, el éxito se
define por el crecimiento de otros”.
Jack Welch.
Hace no mucho tuve la oportunidad de
compartir un sencillo taller-formación con el grupo de directores de CaixaBank de la zona sur de Córdoba. Algún destello sobre liderazgo,
motivación y trabajo en equipo en un ambiente distendido y cercano que aprovecho
para agradecer a Juanmi Del Río desde
esta entrada.
Con
el propósito de adentrarnos en los factores que hacen mejores a los
equipos de alto rendimiento –sean de la naturaleza que fueren-,
abordamos el concepto de EMOSISTEMA, una manera muy singular de entrenar la
consciencia, la realidad y el desarrollo de grupos/equipos de trabajo desde
fundamentos y claves neurocientíficas.
Partamos
de algo necesario: ¿QUÉ SUELE COMPARTIR
TODO EQUIPO DE ALTO RENDIMIENTO?
Ø
Fuerte
exigencia.
Ø
Presión
continua por los resultados.
Ø
Competencia y habilidad
actualizada.
Ø
Firme
Compromiso.
Cuando
hablamos de EMOSISTEMA
como clave de equipos de trabajo, lo hacemos desde un ángulo -no el único- por
el que se atiende a un equipo como un sistema vulnerable, tanto o más que las
personas que lo componen, y tiene en cuenta:
A. La incidencia y el impacto de las emociones
en la realidad de un equipo.
B. La
incidencia y el impacto de un liderazgo emocional en un equipo.
C. La
incidencia y el impacto de una gestión de la motivación que llega adentro de
las personas y los equipos.
La
experiencia nos dice que lo mejor requiere de mucho entrenamiento y una buena
dosis de confianza. A nadie se le escapa que vivimos en una sociedad sobre-estimulada y, en consecuencia,
hiper-reactiva; de la que el trabajo en equipo no es un ente extraño ni
ajeno. También la mayor parte de las organizaciones y sus equipos son hoy más
conscientes del poder del estímulo en las personas; de la necesidad de ser emocionalmente más inteligentes y hábiles; de la
importancia de conocernos mejor por dentro –personas y equipos- para obtener los mejores resultados fuera.
Nunca
la neurociencia pudo ni supo influir tanto y tan decisivamente en ámbitos o
aspectos como el liderazgo, el trabajo en equipo o la motivación. Afortunadamente,
hay algunas organizaciones que están empezando a
incorporar en su cuenta de
resultados la realización personal y el desarrollo profesional de quienes son el cuerpo y el alma de sus equipos.
Al fin y al cabo, como viene siendo norma escrita en muchos de los artículos
del blog, liderar es algo más que pisar fuerte;
liderar es llegar adentro. Sí, ¡lidera quien inspira!
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