
Ningún
maratón se parece a otro; he de confesar que tampoco su dura preparación, por
mucho que se parezcan su planificación. Después de estrenarme en Madrid,
terminar cuatro en Sevilla y uno en la Subbética Cordobesa, afronto mi séptimo
maratón como los otros, algo nervioso en la previa, pero confiado en la energía
de la experiencia. Posiblemente no duerma bien; me ha venido ocurriendo la
noche de antes en los seis anteriores. Pero antes de tumbarme definitivamente
en la cama del hotel, me encantaría compartir algunas cuestiones previas con
vosotros, sensaciones de esos momentos en los que las horas se consumen lentas
anunciando el disparo que nos lance a unas 18.000 almas maratonianas.
1. PLANO FÍSICO.
La última semana bajas el ritmo de entrenamiento ostensiblemente, por lo que
corres el riesgo de escuchar demasiado a tu cuerpo. Todo lo que te dice es
verdad, ¡todo!, tanto si es bueno como malo, pero al final todo es
interpretable e interpretado. APRENDIZAJE
PERSONAL: No pienses, déjalo estar sin importancia. Aprende a no elaborar
pensamiento de sensaciones que no puedes controlar… Tu cuerpo te llevará a la meta como te ha
llevado al final de cada entrenamiento.

3. PLANO EMOCIONAL.
La energía del ser humano tiene un soporte emocional fundamental. El contacto
con personas que forman parte del grupo de nuestros “ángeles emocionales”
resulta decisivo en estos días y horas previas antes de correr el maratón. APRENDIZAJE PERSONAL: Viaja en equipo o
con tu pareja, con algunos amigos. Si lo haces solo, que sea por decisión
personal y por razones de peso. Distraerte, estirar, respirar distinto, nutrirte
de sensaciones positivas resulta clave. Tu corazón te llevará a la meta como te ha llevado al final
de cada entrenamiento.

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