De la distancia entre la eficacia y la efectividad.

"La abeja y la avispa liban las mismas flores, pero no logran la misma miel"
Joseph Joubert

Sí existe esa delgada e imperceptible línea que marca la frontera abrupta entre la eficacia y la efectividad, ese espacio a veces difuso que distinguirá a unas organizaciones de otras. La propia naturaleza de éstas, el clima que procuran, su trayectoria, también –por qué no- su visión del liderazgo e, incluso, su esperanza de proyección y vida, pasa por la decisión que han tomado a la hora de gestionar sus propios valores. Por qué no, atrevámonos a ponerle gesto y vida tanto a la eficacia como a la efectividad.
El gesto adusto y la mirada neutra y fría de la eficacia te convoca para conjugar la distancia desde el comienzo. Su sonrisa apenas se entreabre en una comisura de los labios seca y agrietada, la luz de sus ideas apenas asoma al balcón yermo de sus pupilas apagadas. Sólo contempla cuentas de resultados; persigue llegar a la meta a toda costa, cueste lo que cueste. Todo se reduce en algo tan inconsistente como alcanzar los objetivos propuestos al precio que sea. Sí, la eficacia, en su soledad, construye proyectos sobre la percepción de una realidad amenazante que únicamente entiende el lenguaje marcial de las batallas. En la dificultad frunce aún más el ceño pensando que el miedo moviliza y construye. Apenas escucha, emite comunicados y órdenes, regalando en cada uno de ellos esa seguridad inconsistente que ahoga la creatividad y el ingenio del otro.
En el fondo, la eficacia sabe que pocos, muy pocos, si pudieran elegir, permanecerían a su lado mucho más tiempo que el que dura la posibilidad de elegir en libertad. Es consciente de que gestiona plazos cortos, no genera estructura estable desde la que planificar estrategias flexibles y elásticas, que se adaptan a la volatilidad y volubilidad de los contextos que nos abrazan para soltarnos al doblar la esquina siguiente.
Al otro lado, cerca pero lejos, atisbamos la mirada serena y confiada de la efectividad, el asimétrico e inimitable enmarque de sus cejas, que proviene –paradójicamente- de la certeza de la fragilidad propia. Su sonrisa oblicua y risueña estalla cuando siente, en el aire limpio que busca al respirar, el aliento de su equipo. Ama el concepto del tiempo y la espera activa, por lo que valora el proceso en su conjunto. Trata de contagiar esa extraña percepción que entiende que son precisamente los procesos la parte fundamental de los logros y los resultados. Ella escucha antes de decidir algo importante, valorando las reflexiones y los matices que la heterogeneidad de su equipo le proporciona.
         La efectividad, consciente de lo efímero del éxito y de la verdadera grandeza de la vida, trata de no apropiarse de las conquistas, los logros. Le gusta oír a cierta distancia el brindis merecido de la victoria, y compartiendo confidencias con las estrellas que salpican el cielo en la noche cálida y amable, sueña nuevos y estimulantes retos, divisa horizontes y traza caminos por los que transitar. Se ha dispuesto una estructura en la que encajar visiones, estrategias, planes… 
       A fin de cuentas, entiende que la complejidad de los contextos y de la movediza realidad requiere de personas que se saben respetadas y –por qué no- queridas; personas, en definitiva, que no tengan miedo del rostro, por desagradable que pueda resultar, con que la historia nos mira a las personas de hoy; personas que, en medio del desconcierto, enciendan con su actitud la llama vibrante de la vida que se le regaló.

2 comentarios:

  1. Como dice Covey el equilibrio entre la producción y la capacidad de producción es la esencia misma de la efectividad. Este equilibrio cobra especial importancia cuando es aplicado a los bienes humanos de cualquier organización.

    Y bien sabido es que el factor humano es el bien más preciado, o debería ser, en el funcionamiento de las organizaciones. Estos están dotados de creatividad, ingenio, entusiasmo... características clave
    para lograr lo que se propongan de manera eficiente frente a la consecución de objetivos eficaces a corto plazo.

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    1. Completamente de acuerdo, Mercedes. La diferencia la marcan las organizaciones que consideran y ponen en valor el capital humano, auténtico espíritu de los proyectos. Saludos!

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