“Busquen
ese fuego interno (…) No sé si podemos ganar el título, pero es fantástico que
nos hayamos ganado el poder de hacernos la pregunta”
Claudio
Ranieri.
Hace
algún día leía el fragmento de una entrevista en la que el entrenador Claudio Ranieri desgranaba parte de los
fundamentos del éxito de su equipo de trabajo, el Leicester City FC,
conjunto de la Premier inglesa. Me
sorprendió, entre otros detalles, esa capacidad
para adaptarse en un hombre con apariencia de tenerlo todo tan claro y con fama
de venir de vuelta en el mundo del fútbol. (Maldita apariencia en la que nos
instalamos de vez en cuando para condenarnos a su mortífero destello…).
Pongamos
el contexto. Leicester City FC, equipo conocido en
Inglaterra como The Foxes, que
asciende a la primera división de su país hace un par de temporadas después de
diez años merodeando por la segunda división. Después, incluso, de haber estado
a punto de descender la misma temporada (2014-15) del anhelado ascenso a la Premier. Ese mismo equipo que hoy lidera
sorprendentemente la clasificación de una de las competiciones más exigentes
del deporte profesional, aventajando a proyectos mucho más potentes e
influyentes económica, deportiva y estructuralmente, como el Manchester City o el MAnUnited, por citar algún ejemplo.
Casos
como los del Leicester City FC en el mundo del deporte, nos
llevan a analizar algunas de las posibles claves del éxito de proyectos y
equipos capaces de sorprender a todos, incluso a ellos mismos. Organizaciones y
equipos que superan las expectativas creadas y de pronto captan el interés de
propios y extraños. Vayamos al caso. ¿Qué hace que un equipo de trabajo entre
–como afirma el profesor Ken Robinson-
en su elemento?, ¿qué puede provocar
un rendimiento y una productividad de
tal calibre? Percibo que existen cuatro claves incuestionables en el modelo,
extrapolables a organizaciones y equipos de casi toda naturaleza y misión,
presentando como premisa un proyecto, un
equipo y un estilo de liderazgo.
1. PASIÓN. Quien siente la PASIÓN por lo
que hace se siente convocado desde el primer momento a ese proyecto en el que
tiene la fortuna de hacer lo que AMA.
2. CONEXIÓN.
La magia de alinear SER y HACER trae precisamente ese estado en el que las
personas fluyen y, en consecuencia, los equipos vuelan.
3. TALENTO. Cuando el
impacto negativo de la presión externa e interna (índice de rozamiento de los
equipos) se rebaja a niveles mínimos, emerge el talento más limpio y creativo.
Lo que se denomina la competencia
inconsciente (No sé lo que sé, tan solo vivo y soy plenamente en ese
momento).
4. CONFIANZA.
El resultado ayuda, pero hay algo mucho más poderoso, la emoción que suscita
dentro de la persona y los equipos la experiencia de la valía, del sentirse y
experimentarse capaz.
Parece que no
hay éxito sostenido y sostenible sin un proceso sólido y definido que lo
sustente. Después de todo, cuando
empieza a ir bien, cuando empieza a ir demasiado bien, será la gestión del
vértigo la que consolide al proyecto, al equipo y, por su puesto, al estilo de
liderazgo. Porque será entonces cuando las nuevas expectativas afectarán de
algún modo, y una gestión descontextualizada haga que la PASIÓN pueda
desembocar en PRESIÓN; la CONEXIÓN transformarse en TENSIÓN; el disfrute del
TALENTO en EXIGENCIA de resultados; y la CONFIANZA tornarse en TEMOR a fallar.
Desconozco si
el Leicester City FC ganará la Premier
esta temporada o no, pero sí estoy convencido de algo, los zorros hoy disfrutan como
pocos de lo que son y hacen, y eso se transmite. Lo que no aplaza el importante
reto que ahora asoma una vez alcanzada cierta altura: la gestión del vértigo.
Pero eso, eso quizá ya sea harina de otro
costal. Gracias Leicester City FC, siento que lo fundamental está ganado.
Me llama la atención la organización de los términos de los mapa del Leicester en las dos imágenes. La primera circular, abierta a posibilidades de inclusión de los procesos del segundo mapa. Nuestro tiempo es tiempo dialogico y deliberativo en conectividad de procesos de líneas plurales, donde cohesisten la confianza y el temor, el talento y la exigencia ...
ResponderEliminarMe llama la atención la organización de los términos de los mapa del Leicester en las dos imágenes. La primera circular, abierta a posibilidades de inclusión de los procesos del segundo mapa. Nuestro tiempo es tiempo dialogico y deliberativo en conectividad de procesos de líneas plurales, donde cohesisten la confianza y el temor, el talento y la exigencia ...
ResponderEliminar¡Qué buena tu aportación, Esperanza! Esa visión tan necesaria para los procesos de desarrollo de organizaciones y equipos de trabajo, sean del campo que sean. Gracias por tu lectura y reflexión, compañera. ¡Saludos!
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