“La mente crea el abismo
y el corazón lo cruza”.
Sri Nisargadatta.

La
PRESIÓN –a priori- no es ni buena ni mala; ni positiva ni negativa, ni
limitante ni potenciadora. Se trata de
una energía que experimenta el organismo del deportista y provoca un reacción
al instante. La PRESIÓN es un estímulo interior o exterior. Así, de la presión solo
podemos hablar de sus efectos contrastables, y de cómo estos son variables en
función del deportista o equipo que lo experimenta.
1. IM-PRESIÓN.
o JUGADOR. La realidad exterior genera tal impacto en
la persona que capta del todo su atención. Esta queda cautivada por
el estímulo recibido y trata de encuadrar esa arrebatadora experiencia
perceptiva.
§ EMOCIÓN. Sorpresa.
§ SENTIMIENTO. Expectación.
§ CREENCIA. “Creo que el mundo
está lleno de estímulos muy diversos y debo estar muy atentos a ellos para
responder de forma correcta”.
o ENTRENADOR. Tiene la oportunidad de participar en ese
encuadre; de hecho, su participación y valoración resulta decisiva. Observa y cuida
las sensaciones de tus jugadores en esos momentos que consideras decisivos. Las reacciones
proporcionan mucha información.
2. SOBRE-PRESIÓN.
o JUGADOR. La misma realidad exterior –circunstancias y/o personas- provocan
un peso excesivo en el ánimo del deportista. Su rendimiento se ve afectado por
ese peso que no ha elegido y, de alguna forma, le acogota.
§ EMOCIÓN. Ansiedad. Sensación de estrés.
§ SENTIMIENTO. Frustración.
§ CREENCIA. “No soy capaz de dar
lo mejor de mí cuando las cosas se complican”.
o ENTRENADOR. Tiene la oportunidad de descargar ese nivel
de estrés que experimenta su deportista. Un mismo grado de exigencia tiene desigual respuesta por parte
de deportistas de un mismo equipo. Cuida esos parámetros de manera
individualizada.
3. SU-PRESIÓN.
o JUGADOR. La realidad exterior afecta de una forma
que el deportista decide desviar esa influencia, ignorarla, apartarse de su
área de impacto e influencia. En algún caso, supone el
distanciamiento del esfuerzo que suma al objetivo del grupo.
§ EMOCIÓN. Apatía/Desgana.
§ SENTIMIENTO. Culpa.
§ CREENCIA. “No soy capaz de
afrontar las situaciones que me piden mi mejor esfuerzo, por lo que deben
afrontarlas otros más capacitados en mi equipo”.

4.
DE-PRESIÓN.
o JUGADOR. Se trata de un nivel
más. Suele
venir de un ejercicio reiterado de supresión y evasión. La realidad exterior llega
entonces a abrumar al deportista hasta desposeerlo de su vitalidad,
reduciéndolo a un alma sin la energía necesaria y el ánimo robado.
§
EMOCIÓN. Tristeza.
§
SENTIMIENTO. Impotencia.
§
CREENCIA. “No soy capaz de
nada. No sé qué hago aquí. No tengo ni siquiera ganas de intentar algo…”.
o ENTRENADOR. Tiene la oportunidad -¡mejor con ayuda de
algún especialista!- de atender y recuperar a la persona si quiere
“rehabilitar” al deportista. Ten paciencia y
pon los mejores medios siempre para el que más los necesita, quiere y, por
alguna incomprensible razón para ti, no puede. Ser entrenador de personas es
parte de ser entrenador de deportistas.
5. RE-PRESIÓN.
o JUGADOR. La realidad exterior se queda a vivir dentro,
demasiado tiempo, y de un modo que va castigando al deportista hasta
provocarle la asfixia vital. Llega a un punto en el que el principal factor de presión es uno mismo,
que se convierte en implacable e inmisericorde juez de sus propias acciones.
§
EMOCIÓN. Ira/furia.
§
SENTIMIENTO. Desesperación.
§
CREENCIA. “No serás capaz de
estar a la altura de la exigencia que cada momento te presenta”.
o ENTRENADOR. Tiene la oportunidad
–la necesidad- de llegar adentro de su deportista y tocar esos elementos
internos que comprimen a la persona hasta neutralizar su verdadero potencial. Observa, observa aún
un poco más. Intenta no añadir desesperación a la desesperación. Desbloquear
requiere de ingredientes a menudo contrarios de los que se alimenta la conducta
bloqueadora. Merece la pena intentarlo.
