Al encuentro y la conversación que me regaló Juan Carlos Arrese. En espera de que concrete ese proyecto que provocó en mi esta reflexión... GRACIAS.
“El deseo básico de encontrar el significado y el
propósito de la vida, de vivir una vida integrada.”
Elisa Denton.
La naturalidad
es el arte de entenderte y entender cuanto te rodea, integrarlo y, después, detenerte
o caminar con la sencillez de quien se sabe en perfecta imperfección... Quizá nos autoimponemos demasiada tensión
emocional a lo largo de nuestros días. Incluso puede que vivamos con la
innecesaria presión de estar bien a todas horas, en cada momento; como si
nuestro organismo fuera una máquina programada. Ciertamente, desarrollar la
capacidad de incidir en uno mismo, o aprender a gestionar nuestras emociones no
tiene que ver tanto con bloquear las reacciones propias de nuestro ser como con
la habilidad para acompañarlo en sus ascensos y caídas.
El ciclo
emocional –la línea de vida de una emoción cualquiera- está repleto de colinas
y valles; de ascensos fulgurantes que te elevan y te regalan momentos llenos de
espacio y libertad, de emocionante perspectiva; de extensas mesetas que prueban
tu capacidad de resistencia; pero también de descensos que te adentran en inhóspitos
espacios umbríos en apariencia intransitables, interminables. Y lo cierto es
que nada parece del todo definitivo -sí-, descubres que, al fin y al cabo, entre tanta variable sólo hay una
constante: Tú, tu presencia y tus pasos.
En algún
momento llega ya la certeza de que te puedes caer –más-, de que te vas a caer;
en ese caso, la cuestión está en cuánto tiempo vas a tardar en levantarte… Incluso
en el modo de caernos se advierte ya nuestra
intención de levantarnos. Después de todo, construimos nuestra vida y
tomamos decisiones con algo fundamental: el nivel de consciencia que tenemos,
aquél que hemos generado y desde el que nos paramos o nos movemos. La consciencia
construye estado y se convierte en pura energía transformadora del ser.
Así, el paso atrás, aunque pueda parecer el
ritmo equivocado, la intensidad desviada, el tiempo perdido, en realidad se
puede convertir en una inmejorable decisión, en una excelente oportunidad de
toma de conciencia para la persona, de claridad y perspectiva creativa. Reconoce
su valor e identifica sus momentos:
1. ¡Se acabó! Identificas un ritmo
desproporcionado, desnaturalizado y desprovisto de sentido para tu vida. Te hace
sentir insatisfacción, a veces incluso una incomprendida tristeza.
2. Tomas una
sabia decisión. Te detienes. No te
impones esa presión añadida de tener que estar bien. Muestras tu disposición a
transitar las zonas oscuras.
3. Das un paso atrás. Contemplas y
valoras la situación, cuanto le rodea. Frente al impuso que empuja a avanzar
sin aparente criterio, decides –aunque sea por una vez- conceder amplitud a la
realidad que vives.
4. Generas perspectiva. El ritmo de
tu camino lo marcas tú. El escenario puede cambiar, lo hace hasta sin que lo
decidas, pero tú…, tú no puedes permitirte el lujo de ser en el que no decides
ser.
5. Creas consciencia. La pausa da
amplitud, la amplitud proporciona consciencia y la consciencia puede proveernos
de algo fundamental para nuestra vida, sentido y propósito.
6. Caminas de nuevo. Pero de una forma distinta,
la tuya. Reconoces la dirección, tus pasos, afrontas tus caídas y entiendes su
realidad; te levantas con brío, repites si es necesario la fórmula que te hace
ser tú en el camino.
Otros tienen ya tienen su
carrera, sus objetivos, sus ritmos… Pero son los suyos, tan legítimos como otros,
como el nuestro. Sabes que la calidad de nuestro pensamiento de ahora es la calidad de
nuestros pensamientos en el futuro. Lo hermoso es que, de pronto, descubres que avanzas con fuerza, porque el
paso atrás…, ese paso atrás es el espacio
que nos concedemos para ser, la distancia que creas para crecer.
Para mí ese "paso atrás" es un elemento esencial para la transformación, ya que permite traer al momento presente multitud de posibilidades de elegir (perspectiva), y también, en cierta manera, andar en esa linea de la vida (de valles y montañas) de una forma más equilibrada, sencilla, luminosa...
ResponderEliminarAl fin y al cabo, para mi ese paso atrás hace posible pasear disfrutando de lo que nos rodea y elegir el pensamiento que crea nuestro presente.
Me ha encantado el post, Gabino,
Seguimos caminando...
Ana Belén EM
Gracias Ana Belén por tu aportación, pero, sobre todo, por compartir parte esencial de un camino apasionante. Sí, seguimos caminando...
Eliminar